Psicología deportiva: El ser humano más allá de la máquina (Parte I)

En este nuevo artículo del IAD comenzaremos a desarrollar una temática que, incluso a pesar del importante proceso de profesionalización que ha atravesado el automovilismo deportivo en las últimas décadas, a día de hoy continúa resultando una suerte de “tabú” para muchos amantes del deporte motor.

El particular origen de esta nota

En los últimos días, los medios de comunicación más importantes del ambiente hicieron pública la sorpresiva noticia de que el joven piloto finlandes Kalle Rovanperä, estrella del equipo Toyota Gazoo Racing WRT en el Campeonato Mundial De Rally y múltiple campeón de la especialidad con tan solo 23 años de edad, ha decidido competir únicamente en 6 pruebas durante la próxima temporada.

La principal razón argumentada por el flamante monarca de la categoría reina de los derrapes controlados para reducir tan sustancialmente su actividad de cara al 2024 es que, producto de 15 años de participación activa e ininterrumpida en la élite de esta peculiar disciplina, ha experimentado una importante exigencia que lo ha desgastado tanto en el plano físico como en el mental.

Por tal motivo, con el fin de lograr una correcta “recarga de baterías” que le permita encontrar nuevamente la motivación necesaria para pelear por el título con más fuerza en las temporadas venideras, ha optado por tomar parte solo en algunas competencias específicas dentro del calendario general, siempre de la mano de la renombrada casa japonesa, con quien tiene contrato por varias temporadas más.

Dado el claro efecto negativo que, a primera vista, esta decisión tiene sobre sus aspiraciones deportivas (pues el resto de los competidores se hallan ante un escenario completamente inmejorable para “arrebatarle su corona”), con la finalidad de entender mejor el razonamiento detrás de la misma, a continuación nos dedicaremos a analizar las condiciones psicológicas en que se desenvuelve un piloto del más alto nivel.

Psicología deportiva: El ser humano más allá de la máquina  (Parte I)

En la mente de un campeón

Por muy inusual que pueda parecerle al fanático promedio el hecho de que, hallandose en la cúspide de su carrera profesional y sin padecer ningun tipo de limitación física, económica o de cualquier otra índole, este deportista opte por dejar de competir a tiempo completo dentro de la máxima divisional de su especialidad, no es la primera vez que esto sucede.

Hace ya algunos años, luego de concluida la temporada 2016, el piloto alemán Nico Rosberg (por entonces, flamante campeón mundial de Fórmula 1 de la mano del equipo Mercedes AMG Petronas F1 Team, absoluto dominador de la categoría), sorprendía al mundo anunciando la decisión de retirarse por completo de la práctica automovilística en forma inmediata.

Según explicó en entrevistas posteriores, la excesiva presión y angustia psicológica a la que se vio expuesto por tener que luchar duramente contra su compañero de escuadra, la leyenda inglesa Lewis Hamilton, para arrebatarle el título, hicieron mella en su motivación hasta el punto de obligarlo a abandonar las pistas en un esfuerzo por preservar su propia integridad mental.

Teniendo en cuenta lo sucedido en ambos casos, se hace evidente la realidad de que, más allá del importante rol que desempeña el medio mecánico a disposición, existe una suerte de “factor psicológico” que, a pesar de ser igual de fundamental en para la obtención del tan ansiado éxito deportivo, suele resultar equívocamente subestimado.

Psicología deportiva

La importancia de saber concentrarse

En el desafiante contexto que plantean las competiciones automovilísticas de alto nivel, la concentración es una habilidad que, desde los primeros años de la actividad hasta la fecha, siempre ha resultado absolutamente imprescindible para todos y cada uno de los integrantes de un equipo que se encuentra en la búsqueda del mejor resultado posible.

El hecho de desarrollar la habilidad de desestimar por completo los múltiples “elementos distractores” que rodean a la práctica deportiva y enfocarse exclusivamente en la siguiente tarea a realizar para cumplir con el plan de trabajos trazado antes de cada instancia competitiva suele ser una de las características que distinguen a vencedores de vencidos.

Atendiendo al dinámico (y, muchas veces, caótico) entorno en que se ve inmerso el piloto de carreras, resulta más sencillo apreciar la dificultad que conlleva el mantener bajo control la atención durante lapsos de variada extensión, recibiendo y procesando información útil en forma continua, para lograr tomar decisiones acertadas en una disciplina en la que el error suele pagarse muy caro.

En lo que respecta al resto de los integrantes de una escuadra, si bien el nivel de exposición al riesgo físico que implica su participación en el evento es claramente menor, tanto el estrés como la presión a la que se enfrentan suele ser considerable, pues todos ellos tienen en claro que el resultado final del conjunto depende principalmente de la correcta ejecución de las tareas individuales.

Conclusiones finales e invitación

En el cambiante mundo del automovilismo deportivo, donde la refinada tecnología de las máquinas y el excelente estado físico de los deportistas han sido tradicionalmente los principales protagonistas, la psicología aplicada al deporte ha empezado a consolidarse como uno de los “pilares” o “aliados” fundamentales de todas aquellas organizaciones dedicadas a alcanzar el éxito en cada competencia.

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Psicología deportiva: El ser humano más allá de la máquina  (Parte I)

Autor: Federico Zorzenon

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