TURISMO CARRETERA, UNA PASIÓN GENERACIONAL3 minutos de lectura
El Turismo Carretera se caracteriza y se diferencia por muchos factores, el sonido inconfundible de sus motores multiválvulas, la rivalidad existente entre las cuatro marcas, su historia (que la convierte en la categoría más antigua del mundo en autos de turismo), pero por sobre todas las cosas su particular y popular público que la sigue. Está claro que después del fútbol, el automovilismo es el segundo deporte más importante de nuestro país, y especialmente por la gente del TC. Sin lugar a dudas que es muy pocas partes planeta sucede lo que se vive y se siente en un fin de semana de competencia de Turismo Carretera, en donde desde el día jueves los fanáticos comienzan a llegar a los autódromos con sus casas rodantes, motorhome o vehículos particulares enfilándose y aguardando que se abran las puertas para ingresar al predio e ir en búsqueda de un sector preferido para acampar y disfrutar de la máxima categoría del automovilismo argentino.
Hay escenarios en donde estos momentos, que para algunos les parecerá “de locos”, ya se vive con naturalidad, como es el caso de Rafaela, Paraná o Concepción del Uruguay. Claro está que ahora producto de la pandemia no ocurren estas situaciones, ya que lógicamente las carreras se llevan a cabo sin la presencia del público. La presencia de la familia, de los niños y de amigos, es lo que más identifica al fanático del Turismo Carretera, y obviamente que la esencia es el tradicional asado que no puede faltar a la vera del alambrado. Las juntadas nocturnas entre diferentes grupos, las cargadas con humor y conocer nuevas personas de diversos puntos del país que luego se transforman en amigos, son momentos que solo lo genera la magia que tiene el TC.
Una imagen hermosa también se puede observar los días sábados, posterior a la clasificación en la zona de boxes, en donde los fanáticos se acercan a fotografiarse, saludar o conseguir un autógrafo de su piloto favorito, como así también el color y el sonido de las hinchadas de cada marca que recorren el sector de una punta hacia otra, siempre con respeto y armonía, algo que simboliza al público del automovilismo.
Si hacemos referencia a las hinchadas debemos decir que cada uno lleva un nombre propio y se identifican con un número, en este caso la de Chevrolet es “LA 15”; la de Ford es “LA 4”; la de Dodge es “LA 7”; y la de Torino es “La Banda del Talud”. Sus nomenclaturas se deben a los sectores que ocupan en las tribunas del Autódromo de Buenos Aires, el escenario donde se formaron las mismas.
Evidentemente que el público del Turismo Carretera es inconfundible, el cual lleva una pasión inmersa, en muchos casos de herencia por familiares y que se repite de generación en generación, antes en la ruta, ahora en autódromos, pero siempre con ese mismo sentimiento por esta magnífica categoría que no detiene su crecimiento. Auguramos que siga avanzando a buen ritmo la campaña de vacunación contra el Coronavirus y que la pandemia ceda terreno para que esta fiesta y folclore de la máxima pueda regresar a su cauce normal y disfrutar de circuitos repletos como nos tiene acostumbrados.
Autor: Franco Peretti
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