¿El Turismo Carretera con motores V8?6 minutos de lectura
¿El Turismo Carretera con motores V8?
¿El Turismo Carretera con motores V8?
Dos temporadas de muchos cambios
Desde el 13 de febrero de 2022 hasta estos días, la Asociación Corredores Turismo Carretera ha dado pasos agigantados en materia de cambios, renovación técnica y adaptación a un automovilismo deportivo cada vez más globalizado.
La primera determinación trascendental, en la apertura del calendario 2022, fue el debut de Toyota como quinta marca para dejar atrás la tradicional disputa que solo involucraba a Chevrolet, Ford, Torino y Dodge; en ese momento con Andrés Jakos y Matías Rossi como pilotos oficiales acompañados por la marca japonesa.
Tan solo dos años después -sí, apenas dos años- llegó otro cimbronazo importantísimo: la oficialización de los autos de nueva generación con la incursión del Ford Mustang Mach 1, del Chevrolet Camaro ZL1, del muy atractivo Dodge Challenger SRT, el Torino modernizado y el restyling del Toyota Camry.
Estas unidades, mucho más agresivas y deportivas, abrieron el calendario del certamen 2024 en El Calafate -conviviendo junto a los antiguos modelos- y el primer ganador en hacer historia fue el joven sanjuanino Tobías Martínez, a bordo del nuevo Torino del Trotta Racing. Y esos nuevos modelos marcaron una tendencia positiva, al menos en el inicio del campeonato: tres de los primeros seis ganadores del año lo hicieron con los autos NextGen; a Martínez se sumaron dos triunfos de pilotos que conducen respectivos Ford Mustang como Mariano Werner (campeón vigente) y Germán Todino.
Rumores que se convirtieron en veraces: ¿llegan los motores V8 al TC?
Durante muchos años, la categoría más antigua del mundo en actividad (reconocida así por el récord Guinness) se encargó de llevar a cabo adelante varios cambios que luego se trasladaron al resto del automovilismo nacional: en aspectos relacionados a la seguridad en los autos y en los circuitos, en el funcionamiento de los autos e incluso en lineamientos deportivos/reglamentarios.
Y en ese constante trajín por mantenerse en la élite del automovilismo sudamericano, la idea de tener impulsores V8 siempre se barajó en la sede de la calle Bogotá aunque nunca con tanta cercanía como empezó a suceder en los últimos meses.
Y es lógico, la inyección anímica y de proyección a nivel internacional que supuso la presentación de los nuevos Muscle Car, fue el primer paso hacia una idea que ahora parece decir presente en el momento más idóneo. Sería con los motores originales de cada marca (exceptuando lógicamente al Toyota Camry y al Torino), que no sólo abarataría costos sino que además traería consigo mayor potencia a la que ya ostentaba el TC, de aproximadamente 440/450 HP.
Voces oficiales
El reconocido periodista Mauricio Mansilla fue uno de los primeros en anunciar, durante la transmisión del TC en Concepción del Uruguay, que la institución estaba empezando a desandar un camino importante en el que se analizaría técnicamente la posibilidad de pasar de los actuales motores multiválvulas (que hicieron su estreno en la carrera de Concordia en 2015) a los potentes V8.
En esa sintonía, se reconoció que Hugo Mazzacane, Presidente de la ACTC, viajaría en el corto plazo a los Estados Unidos para asesorarse sobre este factible cambio. La inquietud luego pasaría, en su camino correcto, al departamento técnico comandado por Alejandro Iuliano para así evaluar su posible incorporación o no a la categoría más importante del país.
Rápidamente los pilotos de La Máxima y los motoristas fueron consultados al respecto por el periodismo especializado. Entre los competidores la aceptación a un posible motor V8 fue inmediata, pero con una salvedad no menor: que, en caso de cambiar, se mantenga el ruido de estos motores seis cilindros en línea que tan característico es y tanto le gusta al público fierrero.
Aspectos positivos y negativos de la incorporación del motor V8
Sin dudas que implementar un impulsor V8 y, por ende, más potencia a las competencias del Turismo Carretera sería un salto cualitativo importantísimo en función del espectáculo en la pista, un aspecto por el que la divisional suele ser criticada a pesar de ser la categoría que más público congrega en cada uno de los circuitos que visita, a lo largo y a lo ancho del país.
Y en un contexto económico complejo como el actual en la Argentina, y con la enorme inversión que hicieron muchos pilotos y estructuras por poner en pista los autos de nueva generación, pensar en un cambio de motores a corto plazo sería una iniciativa, como mínimo, arriesgada. Si la renovación se proyecta para, al menos, dos años y con las pruebas que la ACTC suele hacer en estos panoramas, sí sería mucho más viable para quienes conforman el parque automotor.
Desde el plano internacional, inyectarle mayor potencia a autos que de por sí son atractivos estéticamente y que brillan en una categoría con peso específico propio sería darle aún mayor visibilidad ante el mercado sudamericano y, por qué no, a nivel continental para compartir escenarios con categorías de fuste como la IndyCar.
A pesar de algunos -pocos- sectores reticentes al cambio y al paso de los años en una categoría tan histórica, a las claras está que cada una de las modificaciones que fue implementando la ACTC le cayeron bien al Turismo Carretera. ¿Por qué no pensar con buenos augurios un parque automotor de autos de nueva generación impulsados por motores V8 originales de cada marca?
Autor: Stefano La Rosa