Agustín Canapino se desvinculó del equipo Juncos y dejará de correr en IndyCar

Agustín Canapino, el piloto arrecifeño, de 34 años, dejará libre la butaca del Dallara de IndyCar por el resto de la temporada 2024, tras el anuncio oficial de desvinculación emitido por la estructura a la que representó por un año y medio: el Juncos Hollinger Racing.

Las últimas semanas, y los últimos meses, el silencio que había envuelto al piloto argentino y al equipo comandado por Ricardo Juncos derivó -por carácter transitivo- en una teoría que flotaba por el aire y que muchos de los fanáticos del automovilismo no querían ni siquiera imaginar. Después de tantos años de espera, del crecimiento inusitado de una ilusión por ver al “Titán” en una categoría de renombre y por soñar con la bandera argentina flameando alto en el horizonte del deporte motor, un quiebre sin retorno marcó el fin de ese anhelo.

Este miércoles 7 de agosto, a través de las redes sociales de la escudería, se hizo oficial la noticia: «Juncos Hollinger Racing y el piloto del Chevrolet Dallara #78, Agustín Canapino, comunican que por mutuo acuerdo, concluye su participación en la temporada 2024 de la NTT INDYCAR SERIES». Que agregaba: «Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a Agustín por dar el salto a una de las categorías más rápidas y competitivas del mundo, confiando en JHR y en todo lo que esta serie representa. Tanto Agustín como el equipo han trabajado con dedicación para aprender, crecer y alcanzar el éxito durante su tiempo con JHR, y estamos sumamente orgullosos de lo que hemos logrado juntos. Le deseamos lo mejor en su carrera automovilística y esperamos reencontrarnos en futuros proyectos”.

Primeras pruebas y un deseo -casi- inalcanzable

En el pasado quedó aquel emocionante fin de semana en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, en el marco de la carrera de los 200 pilotos del Turismo Nacional de 2022, en el que Agustín giró sobre el auto de IndyCar del Juncos Hollinger Racing para el delirio del público allí presente. Poco después, en el trazado internacional de Termas de Río Hondo -que recibió una cantidad de fanáticos inesperada- el arrecifeño volvió a ser protagonista junto al Dallara y el deseo se convirtió en una probabilidad: Canapino estaba a las puertas de desembarcar en la segunda categoría más importante del automovilismo mundial.

A sus 32 años, el argentino, con una indisimulable emoción el día del anuncio oficial, sostenía: “Es una oportunidad única, se me pone la piel de gallina y me llena de orgullo. Es la categoría más difícil y competitiva del mundo”.

Poco después llegó su debut, en el callejero de San Petersburgo, donde consiguió su mejor resultado en esta temporada, tras cruzar la bandera a cuadros en la 12° colocación.

Como rookie (debutante) tuvo una gran primera temporada en un nivel altísimo de competitividad, y en el que compartió pistas con grandes figuras del deporte motor. Fue el mejor entre los debutantes: concluyó 21° en el certamen con 180 unidades, a 86 puntos de su compañero de estructura, el joven británico Callum Ilott (16° en el campeonato). Llevó a cabo grandes actuaciones, supo cómo desenvolverse en los exigentes óvalos -también nuevos para él- y disputar sus primeras 500 millas de Indianápolis.

El 2024, con la confirmación de su continuidad en el equipo al lado del ex Fórmula 1, Romain Grosjean, lo encontraba mucho más sólido, con experiencia y con su incuestionable ambición deportiva a la vista. Pero algunos sucesos extradeportivos, que no tuvieron que ver directamente con él, terminaron de alejar al argentino de su objetivo: completar la temporada y seguir sumando experiencia en la IndyCar.

Estuvo ausente en la cita de Road América, la séptima del campeonato, porque se vio envuelto en una situación incómoda –tanto para él como para su equipo- tras la carrera de Detroit: en la cita disputada en Michigan, el argentino sufrió un toque evitable por parte del francés Théo Pourchaire, que escaló a niveles impensados. Arrow McLaren, escudería a la cual representa el piloto galo, rompió su alianza estratégica comercial con el equipo comandado por Ricardo Juncos, el fandom argentino (especialmente en redes sociales) se pronunció de mala manera –una vez más- y la misma categoría debió intervenir para calmar los ánimos. En ese contexto, complejo por sobre todas las cosas, decidieron apartar a Agustín de la fecha de Road América.

Algo se rompió desde ese día: Agustín volvió a competir y de hecho en sus dos últimas incursiones, previas al abrupto desenlace, consiguió sus mejores resultados de clasificación con sendos décimos puestos en Toronto y en Iowa.

El fervor por tener a un representante argentino en la IndyCar se apaciguó, como así también todo el contexto positivo que envolvía a la enorme gesta deportiva de Agustín Canapino y Ricardo Juncos en tierras estadounidenses.

Seguramente en los próximos días, cuando Canapino retorne a la Argentina -muy probablemente a competir con un Chevrolet en el Turismo Carretera- se conocerán más detalles sobre su inesperado final en una de las especialidades más competitivas e importantes del mundo.

Mientras tanto, con un palmarés que a nivel nacional exhibe 15 campeonatos (4 de Turismo Carretera, 2 de TC 2000, 7 de Top Race, 1 de TC Pista y 1 de Copa Mégane), el “Titán” de Arrecifes será recibido con los brazos abiertos por la hidalguía con la que representó a su bandera, y por la conmoción y felicidad que causó en miles y miles de fanáticos.