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Alberto Canapino

Por siempre Alberto…5 minutos de lectura

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El 15 de febrero de 2021, sufrimos la lamentable pérdida del cofundador de nuestra institución, Alberto Canapino, y por tal motivo, quiero escribir unas líneas sobre él y su vínculo con el Instituto de Automovilismo Deportivo, sobre su importancia en la formación, las enseñanzas que nos ha dejado y el legado para el futuro.

Mi nombre es Victorio Caruana, tengo 45 años, formé una familia con mi querida esposa y soy padre de tres hijos. Desde mi juventud me considero un fanático del automovilismo deportivo.

En el año 2000 viaje con mis amigos a una carrera de Turismo Carretera en 9 de Julio como espectador, en el ingreso permitido al sector de boxes del día Sábado me pare frente al box del piloto Omar “Guri” Martinez, donde Alberto se encargaba del Chasis. Lo esperé hasta que él me dirija su mirada y le pedí un segundo. Amablemente se acercó y le hice la propuesta de enseñar lo que él sabía a través de internet, ese mismo día me dijo: -“Me interesa, no te vayas, esperame ahora vos un segundo que quiero profundizar el tema”-.

Puedo decir que conocí a Alberto Canapino el día Sábado 28 de Octubre del año 2000 y hasta la fecha de su desaparición física, siempre mantuvimos una relación profesional que con el correr del tiempo se transformó en amistad. Esa relación que teníamos, nunca terminará.

Desde el momento que comenzamos a desarrollar capacitaciones junto a él en el año 2001 en un proyecto que por aquel entonces se llamaba “Canapino e-Learning”, nunca hemos dejado de desarrollar conocimiento para compartir en una industria que tiene fama de “guardar”, de esconder, de no dar. Alberto nos enseñó que el camino era otro.

Lo escuché muchas veces decir: “El automovilismo deportivo me ha dado 100 veces más de lo que imaginé y soñé en mis comienzos. Siento la necesidad de devolverlo de alguna manera. Enseñar y transmitir mi experiencia es una manera de hacerlo”.

Alberto ha sido un pilar fundamental y fundacional en la creación de nuestra institución allá por el año 2005. Él fue quien convocó y convenció a los primeros colegas de diferentes especialidades del deporte motor para que lo apoyen en su idea de impartir clases, transmitir conocimientos y contar experiencias. En esa primera lista puedo citar nombres como Guillermo Cruzzetti, Pedro Viglietti, Rafael Balestrini y Gustavo Azanarez. Hoy somos un grupo de profesionales, colaboradores, tutores y docentes quienes formamos parte del Instituto de Automovilismo Deportivo.

Con el correr del tiempo se fueron sumando otros profesionales, que siguiendo su ejemplo,  han decidido devolver al automovilismo deportivo una parte de lo que este apasionante deporte les había dado o habían logrado.

Hoy, que ya no lo tenemos físicamente, la presencia de Alberto la sentimos en cada nuevo curso, en cada clase, en cada proyecto nuevo que esté vinculado a la educación y a la formación en una especialidad que como él decía: “No tengo secretos, puedo decir todo lo que sé, eso me ayuda a progresar, a innovar, a estar siempre detrás de nuevos desarrollos en búsqueda de performance”, y con esa filosofía queremos seguir educando.

Él era distinto, reflexivo, estudioso, analítico, callado. Poseía una impronta creativa, arriesgada, única. Tenía una cuidadosa metodología y didáctica para transmitir conocimiento, era un genio dictando clases. Solo bastaba un micrófono y una tablet para que un tema apasionante y complejo, se transformara en una cátedra. Era capaz de dibujar conceptos e ideas que permitían una rápida y clara interpretación por parte de los alumnos. Nunca dejó una respuesta sin responder, y posiblemente su frase más célebre sin lugar a dudas ha sido: “Es altamente probable que mejore”.

Los alumnos que pasaron y pasan por nuestra institución son: Jóvenes, estudiantes, arquitectos, doctores, mecánicos, administradores de empresas, empleados públicos, administrativos, etc, etc. Son todos apasionados del automovilismo deportivo que querían saber más, que quieren aprender. 

Alberto creo que fue un referente para todos ellos. La mayoría sabrá que conociendo los conceptos básicos que gobiernan un auto de competición es posible encontrar 100 pequeñas mejoras de una centésima que 10 de una décima para poder bajar un segundo.

Hoy, Sus hijos Agustín y Matías, ambos pilotos de reconocida trayectoria en el automovilismo deportivo de la República Argentina, nos han brindado el apoyo para continuar, para seguir adelante y para que todo el material didáctico donde su padre ha dejado la huella, pueda seguir siendo parte de la oferta de formación del IAD. 

Él ha sido nuestra guía y lo seguirá siendo por mucho tiempo más. Por eso, en nuestros materiales y en toda la comunicación del IAD, encontrarás la leyenda “Por siempre Alberto”, porque él seguirá siendo parte de este proyecto donde quiera que esté.

Siempre vamos a honrar su nombre, su apellido, sus palabras y sus frases que llevan el sello de Alberto Canapino.

“La preparación de un auto de competición es la mezcla mágica de arte, ingeniería y creatividad”…. A.C

 

Victorio Caruana – Director – Instituto de Automovilismo Deportivo