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La Copa de Oro del Turismo Carretera: un sistema perfecto de definición7 minutos de lectura

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La Copa de Oro del Turismo Carretera:

Si hay una característica que destaca al Turismo Carretera en comparación a las restantes categorías del automovilismo argentino, más allá de su extensa trayectoria, es el formato de disputa de sus certámenes.

Y esa particularidad no sólo se aplica a La Máxima sino que, además, con el tiempo se replicó en cada una de las especialidades que integran a la Asociación Corredores Turismo Carretera.

Desde el año 2008, la Copa de Oro pasó a formar una pieza fundamental en cada uno de los desenlaces de campeonatos.

¿De qué se trata? De una fase definitoria de cinco fechas en las que doce pilotos se dirimen la corona. Para estar habilitados a pelear por el título, cada uno de los competidores deberá culminar entre los 12 mejores la etapa regular, que actualmente consta de 10 fechas.

Al llegar a esa instancia, los integrantes de la Copa de Oro del Turismo Carretera (y Copa de Plata en el caso del TC Pista), iniciarán un “torneo paralelo” que los habilitará a soñar con pintar el número 1 en los laterales de sus autos.

Al comenzar la décimo primera carrera del año, esos doce pilotos pasarán a tener cero unidades y las últimas cinco competencias pasarán a tener un rol fundamental en la definición, y en la cual tener malos rendimientos puede opacar la gran tarea llevada a cabo en la etapa regular, por lo que el trabajo conjunto con el equipo, los mecánicos y su director deportivo serán vitales.

El ganador de la misma, por ser el más eficiente, recibirá 15 puntos bonus para iniciar el mini certamen. Y los pilotos que hayan ganado, también percibirán 8 puntos por cada vez que el podio los hubiese encontrado en lo más alto en alguna de las diez primeras fechas.

No será un factor determinante, pero, en verdad, quien haya sido el más regular comenzará con una ventaja en la Copa.

Turismo Carretera

La primera vez que este formato se aplicó fue en 2008: el primer ganador, y por ende campeón de la categoría, fue Guillermo Ortelli, quien por ese entonces conducía un Chevrolet del JP Carrera. En el tramo final de la temporada se pudo imponer a Juan Manuel Silva -su compañero de estructura- en el clásico duelo inherente a la historia del TC: Chevrolet vs. Ford.

A su vez, hay un apartado sumamente atractivo para el espectáculo que también se desprende de la Copa de Oro: el sistema de tres de último minuto. A través de esta posibilidad, como bien lo marca el nombre, tres pilotos podrán incorporarse a la disputa por el campeonato en la última fecha. ¿Cómo se determina quiénes serán? Culminadas las primeras cuatro fechas de la Copa de Oro, aquellos pilotos que se encuentren en las posiciones 13°, 14° y 15° del campeonato general se sumarán a los doce de la Copa (con las unidades sumadas en las cuatro competencias del mini torneo).

Sin ir más lejos, y como fiel reflejo de la gran oportunidad que brinda el sistema de tres de último minuto, el desenlace de la Copa de Plata del TC Pista en 2021 involucró en la definición directamente a los tres nombres propios que se sumaron por esta vía. Ellos fueron Matías Canapino (Chevrolet), Lautaro de la Iglesia (Dodge) y Kevin Candela (Ford). Este último fue, finalmente, quien se coronó en la categoría telonera con la victoria en la última cita del campeonato en el circuito San Juan Villicum.

Desde la primera edición de la Copa de Oro hasta hoy ocho pilotos distintos se consagraron en La Máxima: Guillermo Ortelli en 2008, 2011 y 2016 (Chevrolet), Emanuel Moriatis en 2009 (Ford), Agustín Canapino en 2010, 2017, 2018 y 2019 (Chevrolet), Mauro Giallombardo en 2012 (Ford), Diego Aventín en 2013 (Ford), Matías Rossi en 2014 (Chevrolet), Omar “El Gurí” Martínez en 2015 (Ford) y el entrerriano Mariano Werner en 2020 y 2021, a bordo de un Ford.

La definición de 2010 fue épica y evidenció lo imprevisible que pueden llegar a ser cada uno de los certámenes del Turismo Carretera. A la última fecha, que se llevó a cabo en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez de la Ciudad de Buenos Aires, llegaron con posibilidades dos jóvenes pilotos, llamados a heredar la idolatría de Chevrolet y de Ford: Agustín Canapino y Mariano Werner, respectivamente.

La Copa de Oro
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El entrerriano, representante de Ford, tuvo un año formidable y una muy buena Copa de Oro, en la que sumó más puntos que Canapino. La diferencia fue que el arrecifeño ganó la última fecha del año y, aún habiendo sumado menos unidades que su rival directo, se convirtió en el campeón más joven de la historia del Turismo Carretera con apenas 20 años.

El sistema, que se implementó para que la definición tenga lugar sí o sí en la última fecha del año, tuvo su origen después de la coronación del marplatense Christian Ariel Ledesma, que irrumpió con un Chevrolet formidable en la temporada 2007 y festejó el título antes de la última cita.

Además, y como condimento especial, la última carrera del año otorga un 50% más de puntos que una fecha tradicional: tres unidades a aquel piloto que se alce con la pole position; 7,5 a los ganadores de las respectivas series y 60 a quien se adjudique la victoria en la carrera final.

La receta está construida a base de ingredientes infalibles. Y la decisión de implementar la Copa de Oro, cuestionada desde un principio, demostró con el tiempo que fue una determinación sumamente acertada.

Desenlaces de película, carreras agónicas y situaciones increíbles fueron decorando cada una de las últimas competencias de cada temporada. Sin ir más lejos, y en años consecutivos, Agustín Canapino fue campeón en competencias sumamente atrapantes.

En 2017 llegaron a la última fecha, en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata, con posibilidades dos representantes de Torino: Josito Di Palma, su coterráneo, y Facundo Ardusso, el santafesino de La Parejas. Torino, marca que no salía campeona desde 1971 con Luis Rubén Di Palma, soñaba con cortar la mala racha, pero Canapino apareció para desactivar las ilusiones e imponerse, apenas, por 0,25 puntos por encima de Ardusso.

Canapino

Un año después, la trama incluía a los mismos actores e incluía a Matías Rossi (Ford) y a Jonatan Castellano (Dodge): ambos largaban mejor posicionados que Canapino. Alberto, su padre, decidió colocar neumáticos ancorizados porque se pronosticaba lluvia para la final: la apuesta fue acertada. Todos -salvo Canapino y Alan Ruggiero- debieron ingresar a boxes a cambiar neumáticos en la primera vuelta y Canapino quedó en una posición privilegiada. Con cautela y firmeza manejó hasta la bandera a cuadros y celebró su tercera corona de TC.

La Copa de Oro fue marcando, año a año, definiciones apasionantes, imprevistas y siempre cautivantes. Es la magia a la que cada campeonato se brinda La Máxima, que nunca para de sorprender.

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