Canapino y un nuevo desafío en IndyCar: los exigentes óvalos7 minutos de lectura
Canapino y un nuevo desafío en IndyCar: los exigentes óvalos
El debut del argentino Agustín Canapino en la IndyCar fue superlativo: concluyó en el décimo segundo puesto en Saint Petersburg y no sólo demostró todas sus aptitudes para adaptarse a un estilo de manejo diferente al que estaba acostumbrado, sino que además sorprendió por su rendimiento, su velocidad y su tranquilidad, a pesar del exigente desafío.
Ahora tiene un nuevo objetivo por cumplir, completar su primera competencia en un óvalo.
El arrecifeño continúa tildando requisitos y metas en su aventura norteamericana que lo tiene como protagonista en una de las categorías más complejas del Mundo.
Tuvo que someterse al rookie test (una prueba de suficiencia para debutantes) y dejar en evidencia, ante el minucioso análisis de los directivos de la IndyCar, que está apto para conducir un monoposto de estas características en un circuito veloz y demandante tanto física como psicológicamente.
El pasado viernes 17 de marzo, el “Titán” compartió la pista del Texas Motor Speedway -escenario de la próxima fecha del calendario (2 de abril)- junto a los otros dos pilotos que hicieron su presentación oficial en esta temporada:
Benajmin Pedersen (abandonó en la primera carrera del año) y Sting Ray Rob (finalizó décimo sexto sin la totalidad de vuelta del ganador de la competencia, Marcus Ericsson).
Los tres rookies superaron el test estarán presente en la grilla del PPG 375 de Fort Worth.
Tras completar 142 giros, Agustín, en sus redes sociales, remarcó:
“Estoy aprobado. Voy a correr la segunda fecha de IndyCar en Texas. Ha sido una prueba y dos días inolvidables con sensaciones imposibles de describir. ¡Allá vamos! Ahora a prepararse fuerte para lo que va a ser mi primera vez en una carrera en óvalos. No hay forma de explicar lo que se siente… nunca había vivido nada cercano, ni parecido. Ahora queda enfrentar la carrera, con otros 26 autos más, pasando los 370 km/h rueda a rueda”.
Fue una semana intensa para Canapino, que con 18 unidades en el inicio del certamen, también probó en el trazado de Barber, en Alabama, al que calificó como uno de los más exigentes del calendario por el nivel de Fuerza G que conlleva.
Una de las principales diferencias a las que se enfrentará el piloto argentino de 33 años es la aerodinámica en el transcurso de las carreras, en función -sobre todo- de las particularidades de cada pista: en los callejeros (como el de la primera carrera) y en los circuitos tradicionales, el alerón es más grande y por ende tiene mayor carga aerodinámica; eso cambiará rotundamente en el óvalo.
Por ese motivo, en Texas, no giró únicamente de manera solitaria, sino que se integró a sus dos compañeros de pista para ensayar maniobras preventivas, ejercitar la anticipación y asimilar cómo se comportan y qué tendencias tienen los autos de IndyCar cuando giran a la par, por delante o por detrás de otro competidor.
De las 17 fechas que la especialidad tiene pautadas para esta temporada, cinco de ellas se llevarán a cabo en óvalos. El plato fuerte será, sin lugar a dudas, las míticas 500 millas de Indianápolis el 28 de mayo, allí solo 33 pilotos formarán parte de la grilla de largada.
Está claro que el anhelo de Agustín Canapino (y de todo el público argentino) está puesto en esa carrera por la carga histórica que posee.
La segunda fecha del calendario, que concluirá el 10 de septiembre con el Grand Prix de Monterrey, continuará poniendo a prueba físicamente al conductor del Dallara #78 del Juncos Hollinger Racing.
El arrecifeño, desde su arribo a la estructura comandada por el argentino Ricardo Juncos, siempre destacó que se auto percibe como el segundo piloto del equipo por detrás del británico Callum Ilott -con quien ya ostenta una gran relación profesional-, subcampeón de Fórmula 2 en el año 2020 (campeonato que quedó en manos del alemán Mick Schumacher).
Más allá de la rigurosa y estricta preparación física a la que se sigue acostumbrando, Canapino experimentará en cada una de sus participaciones una presión a la que aún no está acostumbrado: la tensión, el desgaste y el esfuerzo del cuerpo tanto en el tren superior como en el tren inferior. “Son autos que giran a una velocidad similar a la de un Fórmula 1, con la diferencia de que no cuentan con asistencia”, enfatiza Agustín.
La presencia argentina en la categoría no pasó desapercibida. Las exhibiciones multitudinarias, en las que participó Agustín, brindadas el año pasado en el Autódromo de Buenos Aires -en el marco de la carrera de 200 pilotos del Turismo Nacional- y en el circuito Internacional de Termas de Río Hondo llamaron la atención de los directivos de la IndyCar.
En ese contexto, y con el ferviente apoyo del público argentino en redes sociales y con la notoria difusión de los medios especializados, una comitiva norteamericana decidió embarcarse rumbo a la Argentina a principios de esta semana.
El destino fue Santiago del Estero, particularmente Termas de Río Hondo. Hasta allí llegaron Mark Miles, CEO de Penske Entertainment; Michael Montri, Vicepresidente de la compañía; Tony Cotman, Consultor de Inspección de Pista, y Elias Arnett, Administrador Ejecutivo de la Jefatura de Penske Entertainment.
Todos ellos junto a Ricardo Juncos; Gerardo Zamora, Gobernador de Santiago del Estero, y Ricardo Sosa, Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur), recorrieron las flamantes instalaciones del trazado internacional que posee nuestro país y dialogaron sobre la posibilidad de que la categoría disponga de una cita en tierras sudamericanas.
¿Sería posible? Por lo pronto, y con vistas a la temporada 2024, tanto Juncos como Canapino -cada uno desde su lugar- están haciendo todos los esfuerzos posibles.
Que la invitación se haya concretado en las vísperas de una nueva fecha del Moto GP en la Argentina (próximo 2 de abril) no es un detalle menor: desde que retornó al país, en 2014, la máxima categoría de motociclismo a nivel mundial ya disputó siete fechas en el pintoresco circuito santiagueño.
La ilusión se puso en marcha hace mucho tiempo. Juncos fue el precursor con su equipo presente en la IndyCar. Canapino tomó la posta y le devolvió la esperanza a los fanáticos fierreros. ¿Es un objetivo inalcanzable o ya se puede empezar a soñar…?
Autor: Stefano La Rosa.
Agustín Canapino