fbpx
IAD

Somos el Instituto de Automovilismo Deportivo: IAD. Y el automovilismo es nuestra PASIÓN.
El IAD surge de la necesidad de acercar, integrar y profesionalizar los conocimientos teóricos-prácticos dentro del campo del automovilismo deportivo.

Nuevos Cursos

Image Alt

IAD

  /  Blogs   /  Bailando bajo la lluvia: Claves del manejo en piso mojado (Parte I)
Bailando

Bailando bajo la lluvia: Claves del manejo en piso mojado (Parte I)7 minutos de lectura

4.5/5 - (13 votos)

Bailando bajo la lluvia: Claves del manejo en piso mojado (Parte I)

En este nuevo artículo del IAD comenzaremos a descubrir algunos de los aspectos que mayor relevancia cobran al momento de modificar la técnica de conducción para ajustarla a un trazado cuyo nivel de adherencia se ha visto muy afectado por la prolongada caída de agua sobre su superficie.

 

Manteniendo el control sobre el vehículo

A menos que un deportista tome parte únicamente en categorías o divisionales que, por su dinámica intrínseca, descartan por completo cualquier forma de competencia que no sea sobre piso seco (como sería el caso de las carreras en óvalos), resulta indispensable para el mismo ser capaz de entender la forma en que las múltiples peculiaridades de la lluvia afectan su desempeño frente al cronómetro.

La enorme mayoría de los manuales de manejo deportivo más referenciados a nivel mundial coinciden en que el hecho de tener que afrontar una instancia de competencia en condiciones meteorológicas tan adversas como son las planteadas por este fenómeno expone indefectiblemente a los pilotos a dos problemáticas fundamentales: La visibilidad restringida y la pérdida de tracción.

En primera instancia, como seguramente resulte evidente para cualquier persona que haya tenido la oportunidad de circular a los mandos de un automóvil (de calle o, más aún, de carreras) durante un episodio pluvial, se hace muchísimo más difícil gobernar el comportamiento de la máquina cuando no se cuenta con la posibilidad de ver hacia donde se está yendo en cada instante.

Por otro lado, cuando un vehículo se ve forzado a viajar a través de un tramo de calzada que ha sufrido los efectos de las precipitaciones (independientemente de su duración e intensidad), existe una importante posibilidad de que el “agua estancada” sobre la superficie del camino se introduzca entre el parche de contacto del neumático y el suelo, separándolos por completo hasta impedir el desarrollo de grip.

La relevancia de una correcta visibilidad – Parte I: El spray

Al abocarnos a la tarea de mantener intacta la habilidad de ver el camino que tenemos delante, haciendo frente al efecto negativo que tiene la precipitación sostenida de gotas de agua, encontramos que existen algunos contratiempos que sí pueden ser resueltos y otros con las que inevitablemente se debe lidiar durante toda la extensión de una competencia sobre piso mojado.

Por ejemplo, dentro de la categoría de “inconvenientes sin solución”, encontramos el hecho de que, al circular sobre piso mojado, absolutamente todos los automóviles de competición (sin importar sus particularidades técnicas) dan lugar a la formación de una suerte de “spray” que, una vez despedido hacia atrás por los neumáticos, permanece en suspensión durante algún tiempo antes de caer al suelo.

Dado lo denso y persistente que el mismo puede llegar a resultar y, en consecuencia, a lo mucho que es capaz de reducir el alcance visual en pista, siempre se tratará de evitarlo por todos los medios posibles pero, dejando de lado el “recaudo” de mantenerse en las primeras posiciones del pelotón, no existen mayores medidas a implementar para aplacar su efecto obstaculizante.

Bailando bajo la lluvia: Claves del manejo en piso mojado (Parte I)

La relevancia de una correcta visibilidad – Parte II: El empañamiento y la luz

Muy por el contrario, dirigiendo nuestra atención a la categoría complementaria de “inconvenientes con solución”, observamos que, por muy adversas que sean las condiciones climáticas imperantes, siempre existe la posibilidad de realizar ajustes tanto al equipamiento del piloto como a su propia máquina con el fin de minimizar la deposición de humedad sobre el lado interno del visor y/o del parabrisas.

A pesar de lo irrelevante que puede llegar a parecer en relación a otros “elementos de riesgo” también presentes, la corriente de aire tibio y húmedo que el deportista genera al respirar agitadamente incidiendo de forma directa sobre una superficie más fría que el ambiente a su alrededor suele dar origen a una película de agua lo suficientemente gruesa como para distorsionar por completo el campo de visión.

Teniendo en cuenta todo lo explicado hasta el momento, se hace evidente la necesidad de facilitar el flujo de aire exterior a través del casco del piloto y/o del habitáculo de la máquina, algo que puede lograrse tomando el simple recaudo de mantener el visor un poco levantado respecto a su posición de cierre y cuidando que la carrocería disponga de suficientes “bocas de ventilación” y, en caso de ser posible, de un sistema de acondicionamiento de aire.

Una alternativa interesante a este tipo de métodos precautorios de carácter físico lo constituye la utilización de productos anti-empañantes (comercialmente denominados fog-free) que, al incorporar formulaciones químicas especialmente desarrolladas para aplicarse en forma de película sobre la superficie a proteger, inhiben la deposición de humedad durante un tiempo prolongado.

Finalmente, dado lo acentuada que resulta la disminución del nivel de radiación solar incidente sobre el camino a medida que se acumulan las nubes, es menester equipar al casco con un visor de color claro (es decir, con mayor tendencia a la transparencia) con el fin de compensar, al menos en forma parcial, el fenómeno de reducción del alcance visual.

Conclusiones e invitación

Atendiendo a las múltiples incógnitas que suele plantear el manejo en lluvia, se ha optado por comenzar con esta serie de artículos explicando cómo el hecho de contar con un grado de visibilidad adecuado, a pesar incluso del efecto de las precipitaciones, puede llegar a definir en gran medida los resultados de un fin de semana de competencia. 

En las próximas entregas, continuaremos hablando sobre la influencia que ejercen factores tan aparentemente disímiles como la técnica de conducción aplicada por el piloto y la puesta a punto con que se equipa a la máquina a la hora de buscar maximizar la tracción en pista y, junto con ella, las capacidades dinámicas del conjunto.

Si los conceptos explicados en esta nota te resultaron interesantes, te invitamos a revisar nuestra oferta de cursos para seguir avanzando en tu formación de la mano de expertos con una destacada trayectoria en múltiples categorías nacionales e internacionales.

Bailando bajo la lluvia: Claves del manejo en piso mojado (Parte I)

Autor: Federico Zorzenon

Otro material relacionado:    

IAD - Instituto de Automovilismo Deportivo.