Psicología deportiva: El ser humano más allá de la máquina (Parte III)

En este nuevo artículo del IAD seguiremos profundizando en la explicación de nociones claves para el campo de la psicología deportiva aplicada al automovilismo profesional, contemplando en detalle las múltiples virtudes de dos herramientas tan poderosas como son la visualización y la respiración.

Breve revisión de conceptos previos 

A lo largo de las entregas anteriores, se hizo referencia a la enorme cantidad de “elementos distractores” con que debe lidiar el piloto de alto rendimiento durante un fin de semana de competencia, destacándose la necesidad de que el mismo llegue a desarrollar la habilidad de dirigir y mantener enfocada su atención sólo en aquellos aspectos que resultan preponderantes para reducir el tiempo de vuelta.

Por otro lado, se habló sobre la utilidad de llevar adelante rutinas de ejecución más o menos complejas y extensas pero, en todos los casos, capaces de “mantener bajo control a la mente” con el fin de evitar la tendencia a la dispersión y al nerviosismo que enfrenta toda persona dedicada a la práctica de una actividad tan estresante para la psique como es el automovilismo deportivo.

Finalmente, se mencionó la importancia de que el atleta trabaje para establecer una suerte de “fluido diálogo interno” consigo mismo que le permita, mejorando tanto el enfoque como la motivación al reemplazar los pensamientos de autosabotaje por otros que colaboren en la búsqueda de soluciones efectivas a los numerosos desafíos que continuamente le plantea la especialidad.

Visualizar para crear: ¿Cómo hacer realidad un escenario deseado?

En términos muy generales, se denomina visualización al conjunto de técnicas por medio del cual una persona es capaz de crear una serie ordenada de “imágenes mentales” que describen en forma vívida y detallada el aspecto de su entorno al enfrentarse a un escenario puntual, algo muy útil en el ámbito deportivo por permitir la planificación anticipada de las acciones a realizar durante el ejercicio competitivo.

Por este motivo, en la actualidad se ha vuelto muy común el implementar como práctica previa a una competencia la medición del tiempo que le toma a un piloto completar una «vuelta imaginaria», para lo cual debe cerrar los ojos e intentar reproducir los movimientos que luego llevará a cabo cuando se encuentre dentro del automóvil de carreras y transitando por un determinado circuito.

Luego de comparar el valor obtenido al efectuar el ejercicio mental con el logrado por el mismo deportista en una sesión de competencia real, es posible discernir si este dispone o no de un elevado grado de enfoque en la actividad desarrollada y de una importante capacidad para «captar, retener y procesar» información proveniente de diferentes fuentes en forma simultánea.

Respirar antes de actuar: Una práctica tan simple como beneficiosa

Si bien podría parecer una cuestión secundaria, el hecho de que un atleta sea capaz de mantener un ritmo respiratorio adecuado durante todo el tiempo que dedica a la práctica deportiva resulta absolutamente fundamental para su desempeño en la misma por permitirle regular el estado emocional y mejorar aspectos fisiológicos como el tiempo de reacción a estímulos externos y la exactitud o precisión de los movimientos.

En efecto, el simple ejercicio de respirar conscientemente durante algunos instantes (es decir, dejando de lado las distracciones para atender únicamente a la frecuencia con que se ejecutan las inhalaciones y exhalaciones) constituye una poderosa herramienta tanto al momento de relajarse durante un periodo de descanso como al de activarse previo o en medio de una instancia competitiva.

Independientemente del tipo de técnica específica que se utilice para lograrlo (diafragmática, mediante suspiro, etc.), el manejo de la respiración siempre tiene por objetivo principal la regulación del ritmo cardíaco, un indicador directo del grado de tensión nerviosa experimentado por el deportista que, al ser mantenido dentro de un rango adecuado, permite lidiar de mejor manera con el estrés y el esfuerzo físico.

Conclusiones finales e invitación

En un mundo tan dependiente de la inversión económica sostenida como es el del automovilismo deportivo profesional, el hecho de que un atleta cuente con la posibilidad de mejorar su performance “a costo cero” (pues la realización de los ejercicios antes descritos no requiere de infraestructura alguna) constituye una ventaja que no debe ser desaprovechada si se desea marcar una diferencia frente al resto de los competidores.

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Psicología deportiva: El ser humano más allá de la máquina  (Parte III)

Autor: Federico Zorzenon

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